La sinergia entre bioeconomía y alimentos - Entrevista a Catia Bastioli, CEO de Novamont SpA


Catia Bastioli se encuentra entre las personalidades más importantes de Italia y de Europa en el campo de la sostenibilidad.  CEO de Novamont, la empresa que invento el Mater-Bi®, Bastioli cuenta cual será el futuro de los bioplásticos ligados a la agricultura y a los alimentos.



El sector de la bioeconomía en Europa vale dos mil billones de euros y da trabajo a más de 22 millones de personas. Además, con cada mil toneladas de bioplástico se pueden crear 60 puestos de trabajo: ¿con que dinámica, en que ámbitos y profesionalismo?

La industria del bioplástico es muy compleja. Los bioplásticos están hechos de muchos componentes. Nosotros hemos tratado de desglosar y analizar los productos y crear nuevas tecnologías para sus diversos componentes. A diferencia del petróleo del cual se puede obtener un número infinito de hidrocarburos, para los bioplásticos hay muchos tipos de componentes intermedios que necesitan tecnologías diferentes. Para crear los bioplásticos se pueden utilizar varios tipos de materia prima, como azúcar de primera y segunda generación que pueden ser extraídas de las plantas más variadas. Para realizarlo, se debe incrementar y profundizar el estudio sobre nuestro patrimonio natural porque nuestros conocimientos son limitados a muy pocos cultivos de grandes dimensiones.

 

Ud. ha dicho que “el futuro está en la conexión entre las empresas y los territorios, entre la industria y la agricultura”, ¿qué significa esto? 

El sector de la bioeconomía está conectado al territorio cotidianamente. Es necesario analizar la sostenibilidad de la región para crear una estrategia. Por ejemplo, es importante saber cuánto espacio ofrece el territorio en el cual se quiere construir una planta.  Exactamente como lo hemos hecho para el caso de Matrìca en Cerdeña, donde hemos analizado los errores cometidos en el pasado, las dificultades que habríamos encontrado en un territorio destrozado por anos, donde se han cometido errores que se han estratificado, y por esto es que había necesidad de más energía y de un mayor apoyo para poder recomenzar. Porque el legado cuenta.


Empecemos con Matrìca, un ejemplo de uso de cultivos locales (el cardo) que no compiten con aquellos ligados a la alimentación…

No solo el cultivo del cardo en Cerdeña no compite con la alimentación, sino que Matrìca da una nueva vida a un terreno degradado, lleno de rocas, un terreno que no sería utilizado para cultivos ya que sería económicamente insostenible.


Esta es una ruta realmente interesante y exitosa: ¿nos puede ilustrar el estado vanguardia de Novamont sobre el dilema entre cultivos energéticos y alimenticios?

El supuesto imprescindible de la bioeconomía es que el suelo, agua y aire no deben ser dañados porque representan el patrimonio natural sobre el cual nos fundamos. Destruir estos recursos significa destruir la economía misma. Por este motivo es necesario apuntar a industrias que 

respeten la sostenibilidad del territorio. Solo así las biomasas son sostenibles. La bioeconomía como regeneración territorial, como uso eficiente de los recursos. No se puede aplicar la cadena productiva del petróleo a la producción de biomasa, de modo contrario se arriesgan aberraciones como la expropiación de terrenos a pequeños cultivadores en África. La bioeconomía no puede representar esto. No se puede competir con la alimentación, se debe generar una sinergia.


¿Qué otras materias primas están explorando para los bioplásticos en el futuro?

Estamos evaluando también los desechos alimenticios. Existen productos o materiales que ahora no son aprovechados porque no conviene, pero gracias a tecnología innovadora, investigación, ética junto con transparencia, legalidad y otros conceptos fundamentales para la bioeconomía, pueden convertirse en sostenibles también desde el punto de vista económico.

 

A propósitos de los desechos, un ejemplo que los toca de cerca es aquel de Milán, ciudad que ha logrado alcanzar en poco tiempo los 90 kg de recolección de residuo orgánico por habitante gracias a las bolsas biodegradables de vuestra producción.

El residuo orgánico es una obra de arte. Los técnicos que han realizado la recolección diferenciada en San Francisco, una de la ciudad más en vanguardia sobre el tema, se han quedado asombrados de los resultados y de las instalaciones. Milán es un modelo europeo y mundial del cual debemos estar orgullosos y es una importante tarjeta de presentación para la Expo Milano 2015. La bolsa biodegradable producida por Novamont es un símbolo. Esa bolsa representa la liberación del problema de la contaminación causada por las viejas bolsas de plástico y le permite a Italia eliminar los residuos orgánicos de los rellenos sanitarios.

 

En Italia es conocido el uso del bioplástico para las bolsas “shopper”, pero sería interesante saber que usos proponen para la industria agroalimenticia.

Hemos tratado de desarrollar aplicaciones que fuesen de alguna manera ligadas al desecho orgánico, eliminando eventuales problemas. Hay una parte dedicada al catering. Hemos logrado crear materiales para estampado e inyección, o sea materiales rígidos para cubiertos por ejemplo, pero que pueden ser usados también para la confección de un smartphone. Son materiales que tienen una resistencia mecánica y a la mayor temperatura del poliestireno, pero en grado de biodegradarse en un ciclo de compostaje simple. Para el packaging en el sector alimenticio, estamos en grado de ofrecer una amplia selección de películas biodegradables, transparentes, que pueden tener diferentes destinos de uso: desde envoltorios para alimentos hasta mulch film. Lamentablemente, aunque estos nuevos productos sean una realidad importante, es difícil llegar al mercado a través de los intermediarios que hacen de la distribución una situación más compleja.

 

El 2015 es un ano fundamental para la sostenibilidad. Empecemos por Expo Milano 2015…

La Expo debe ser el empujón para convertirse en la Italia que queremos ser. Quisiera que fuera representado un nuevo modelo de desarrollo. Debemos reunir lo mejor de nuestro país porque no tiene sentido mantener el status quo. Italia debe poner en el centro la sostenibilidad y la eficiencia, los alimentos como un elemento clave, la legalidad y la transparencia. De la Expo se deben desplegar nuevos estándares de calidad a seguir.

 

Ud. es también Presidente de Terni y del Kyoto Club. ¿Que se espera suceda en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas en París?

La necesidad está en aumentar los objetivos en la reducción del CO2 porque ahora tenemos necesidad de correr, necesitamos empresas inspiradas en nuevos modelos que creen puestos de trabajo. Yo espero que, también a través del Kyoto Club sea posible dar una nueva vida al territorio para reducir nuestro impacto sobre el clima.


Fuente: Expo Net

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