La ley había prohibido, desde hace ya bastante tiempo, las bolsas de plástico no biodegradables, pero había desacuerdos a nivel europeo con respecto a las sanciones.
¿Bolsas “shopper” fuera de ley? Para quienes las usan, aparece la sanción. La aprobación de la enmienda que hace entrar en vigor multas que van desde 2.500 a 25.000 euros ofrece nuevos instrumentos a quienes luchan contra las bolsas de falso bioplástico, envases contaminantes utilizados extensivamente en suelo italiano. La disposición fue interpretada por muchos como “una aclaración necesaria”. Para Andrea Di Stefano, responsable de proyectos especiales de Novamont (empresa de Novara líder mundial en el sector de los bioplásticos, fabricantes del conocido Mater-Bi) esto servirá a clarificar “una situación intencionalmente confusa. En Italia la prohibición de la comercialización de bolsas shopper fuera de la ley está vigente, pero como hasta ahora no existían sanciones, como usualmente sucede, una gran parte del mercado no la respeta y comercializa igualmente bolsas de polietileno que formalmente están prohibidas”.
Sanciones
Di Stefano cita los números propuestos por Plastic Consult, firma que desde hace décadas efectúa estudios en el sector del plástico en representación del Ministerio, y son números imponentes: “estamos hablando de 35 mil toneladas de bolsas compostables y de 70 mil de bolsas aun en incumplimiento. Fuera de las grandes cadenas comerciales que se adaptaron a las reglas de forma inmediata, el resto del mercado, sobre todo los pequeños distribuidores, comercializa bolsas que no cumplen con la normativa”. Con las nuevas sanciones, afirma, funcionara “como con los límites de velocidad: si vienen fijados los limites pero no las sanciones como consecuencia de su exceso, el riesgo es que los mismos no sean respetados. Esta decisión tendrá un efecto disuasivo”.
Bioplástico
La elección obligatoria de los bioplásticos, que en el pasado se temía que pusiera en riesgo a sus pequeños productores, con la consecuente pérdida del puesto de trabajo de unas 20 mil personas, hoy viene vista como un no-problema. “Ha estado aclarado desde hace tiempo” sostiene Di Stefano, “que no existe ningún problema de conversión. Los bioplásticos en general no necesitan de cambios de instalaciones: se pueden utilizar las mismas idénticas maquinarias. Es más, muchas empresas se han convertido y algunas otras hasta se han salvado de la crisis escogiendo este camino”. La historia del biodegradable, recordamos, inicia unos 30 años atrás, cuando “comenzaron a salir nuevos polímeros de la investigación mundial que parecía que prometían tanto. La comunidad científica”, explica Mario Malinconico, director de Investigación de Ipcb (Instituto para los polímeros, compuestos y biomateriales del Cnr), “ha trabajado mucho tiempo para comprender si los envases y embalajes pueden ser reciclados y en qué medida. Un camino largo, que ha crecido poco a poco hasta hacer evidente que esta es una vía transitable”.
Diferencias
¿La diferencia sustancial entre plástico y bioplástico? “Si se piensa a las bolsas shopper mono uso, el plástico tradicional está hecho con polietileno, de origen prevalentemente fósil /petróleo (más del 95%). Este es un material que se define como “biofobico”, es decir, que como no existía en la naturaleza antes de los últimos 50 años, la misma no ha seleccionado microorganismos en grado de agredirlo. Abandonado en el ambiente, una bolsa shopper de plástico tradicional resiste cientos de años, por lo que su acumulación es inevitable. En vez, los plásticos biodegradables y compostables son principalmente poliéster, son obtenidos del carbón no fósil y poseen una estructura química que los hace perceptivos de agresión de los microorganismos desde el momento en que se encuentran en el ambiente justo, siempre y cuando suceda en una modalidad controlada. En un ambiente compostable - anaeróbico, con recambio de aire, temperatura que aumenta como efecto de la presencia de acciones que generan calor – este material es utilizado por los microorganismos presentes en el compost como una fuente de carbón cualquiera. El material primero se rompe en pequeñísimos pedazos y luego es bioasimilado por los microorganismos”.
Daniel (domingo, 17 agosto 2014 01:32)
Muy interesante.